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Miguel Navarro Centelles.

    Paisajes, Caminos, Silencios. El Bajo Aragón. De Miguel Navarro Centelles. Una exposición es una forma de contar historias.

    Miguel Navarro Centelles (Torrevelilla, Teruel, 1923 – Zaragoza, 2016)

    Esta exposición muestra esencialmente los espacios naturales inspirados en el entorno natural de Torrevelilla, en la comarca del Bajo Aragón. El pintor viajero imprime en su memoria esas imágenes que luego transcribe pictóricamente para narrar la historia de un viaje, a través de los colores que expresan emociones y sentimientos.
    La muestra está compuesta por 45 obras pinturas de Navarro Centelles, entre paisajes y abstracción, dos audiovisuales, tres paneles didácticos, las cartelas explicativas, una audio instalación, además de otros interactivos diseñados para aproximar la trayectoria profesional y artística de este pintor, al público visitante.
    La exposición es el resultado de un complejo proyecto didáctico-artístico innovador, que relaciona el placer estético de la contemplación del arte con la educación. Otra definición es la de sensitiva, porque interpela a otros sentidos, además del visual, demarcando diferencias con otras exposiciones de corte más tradicional.
    El título ya anticipa una parte de los contenidos donde los paisajes, páramos deshabitados, dan paso a la sensación de pérdida y soledad. La representación pictórica de estos parajes expresan mucho más que los aparentes relieves y formas geomorfológicas, tan sugerentes, que invitan a conocerlos y recorrerlos desde el arte a su estado natural.
    Las rocas de conglomerados que jalonan el Barran Fondo o del Barranco del Moro, que se descuelgan sobre el río Mezquín, sus zonas oscuras, los campos de cultivo de cereal, las vides, olivos, almendros, chopos enebros, sabinas, nogales y romeros que completan el paisaje. Las casas de los pueblos, encaladas de blanco o bañadas por la luz amarilla del amanecer, los arcos del ayuntamiento o la iglesia e incluso las ruinas del pueblo viejo o quizás del maltrecho Molí Siscar. Alguna cúpula abovedada alude a la leyenda fundacional sobre los orígenes moriscos de Torrevelilla, las Saladas, el monasterio, etc.
    Navarro Centelles representó cientos de veces estos lugares vívidos de su infancia y juventud, permitiéndole volver a ellos una y otra vez, a través de la pintura. Pierre-Auguste Renoir expresó esta experiencia estética de la siguiente forma: «Me gustan los cuadros que me dan ganas de pasearme por ellos, cuando es un paisaje […]».
    Esta serie de paisajes puede representar para Miguel Navarro una catarsis, un seguir habitando esos lugares que abandonó a los dieciséis años con su familia para instalarse en la capital aragonesa, esa soledad abstracta que transmiten los grandes paisajes abiertos en los que ha sucedido algún hecho que ha borrado la presencia humana, es perceptible y se encuentra implícita, acaso él mismo como una tenue sombra que se diluye.
    La idea de la contemplación de la obra de arte como una experiencia, algo que se vive porque se siente, marca la relación de intimidad con la obra. Para Navarro Centelles tanto la observación de la naturaleza como la pintura era una experiencia integral de los cinco sentidos. Aquello que podía ser percibido por los sentidos, juega en su obra un papel esencial puesto que solo a través de ellos el ser humano puede interpretar la verdadera esencia de la naturaleza.
    Esta sala de exposiciones, está concebida como un espacio de intimidad donde, a través de sutiles referencias a los aromas, sonidos, etc., el visitante puede evocar la vivencia de transitar por los paisajes que Miguel Navarro pintó.
    Casi 93 años de vida y de trabajo están contenidos en esta exposición. Basta trabajar todos los días para acumular una obra inmensa. Su formación artística comenzó en la Escuela de Artes de Zaragoza, prolongándose en Madrid, asistiendo al Círculo de Bellas Artes y copiando a los grandes maestros en el Museo del Prado. Las influencias formativas las transmutó en rasgos de estilo propios para instalarse a partir de una cierta edad en un digno amaneramiento, manteniendo siempre una actitud de renovación y aprendizaje, no por un propósito consciente de originalidad, sino por el puro instinto de seguir observando lo que sucede frente a él, en la calle por la que camina. En el espejo en que se mira cada día.
    La exposición de paisajes, además de la contemplación, propone como motivo de reflexión la donación, un concepto que el municipio de Torrevelilla conoce desde antiguo, basado en la generosidad y en la forma de compartir un bien.
    Los vecinos de Torrevelilla (Teruel) reciben esta colección de pintura donada por Miguel Ángel, hijo del pintor. El Ayuntamiento de esta localidad es quien la cede temporalmente para exhibirla en la sala de exposiciones del Palacio de los Marqueses de Ayerbe en la Finca La Alfranca, en Pastriz (Zaragoza), -dependiente de la Dirección General de Cambio Climático y Educación Ambiental-, desde el 9 de octubre al 13 de diciembre de 2020.

    Padre e hijo. Fotografía M.B.A. 2018

    Los territorios mismos de Torrevelilla, entre otros, ya fueron objeto de donación en el siglo XII, por parte de Alfonso II a la Orden de Calatrava.
    Doña Pelegrina Vallés Vallés (Torrevelilla, 1854 – 1924), a la que «todos los que la conocieron recuerdan su gran generosidad, sobre todo, con los hijos de los jornaleros…» . Al fallecer legó su casa de la calle La Cruz de Torrevelilla, conocida popularmente con el nombre de Lo Convent, en chapurriaú, sus mejores fincas y la cantidad de 118.012,73 pesetas a la parroquia para crear un proyecto innovador, con las vistas puestas en la educación de las niñas y los párvulos del municipio.
    El futuro de la sociedad se puede escribir desde el presente, haciendo útiles algunos bienes. Los ejemplos son abundantes: doña Francisca Mesonada de una casa en Utebo (Zaragoza) para la construcción del Centro Cultural Mariano Mesonada y que alberga desde el 2004 el Museo Orús. El pintor José Orús Fernández (Zaragoza 1931 – 2014) dona a Utebo una colección de 114 obras. El pintor Salvador Victoria (Rubielos de Mora, 1928 – Alcalá de Henares, 1994), dona una colección de obras de arte para el Museo Salvador Victoria en Rubielos de Mora (Teruel) y su viuda Marie Claire Decay, dona 43 obras a la Diputación de Teruel y al Museo de Teruel, 70 obras al Museo Pablo Serrano de Zaragoza. El matrimonio de José Beulas (Santa Coloma de Farnés, Gerona, 1921 – Huesca, 2017) y María Sarrate (1919 – 2013) donan a la ciudad de Huesca su colección de 214 piezas de arte contemporáneo e incluso parte de sus bienes con la intención de crear un centro de arte contemporáneo para Huesca, el actual Centro de Arte y Naturaleza de la Fundación Beulas, un referente nacional e internacional en todos aquellos temas que relacionan el arte y la naturaleza con la cultura contemporánea.
    El actual Museo Histórico de Torrevelilla conformaría inicialmente en 1996 un primer museo, con la colección de piezas de etnología donadas al pueblo por Antonio Gracia Briz.
    Pero ¿qué es donar? Donar es una voz patrimonial del latín donāre, cuyos significados son: dar, otorgar, perdonar. Pero ¿qué significa? significa dar un bien a otras personas, especialmente cuando se trata de algo de valor y se entrega de forma voluntaria y sin esperar premio ni recompensa alguna.
    La donación es más que un concepto para la reflexión, constituye una posibilidad real para la construcción de un futuro, tal y como ideó doña Pelegrina, en torno al conocimiento.
    Promover la cultura, el arte, la educación, donando, es una forma de asumir un compromiso de responsabilidad con las nuevas generaciones, para preservar la identidad y el territorio, antes de que termine de desaparecer el patrimonio que define una identidad concreta, porque ¿nos podemos permitir como sociedad, perder nuestra memoria?
    En la actualidad el Museo Histórico de Torrevelilla alberga las obras pictóricas donadas del pintor torradan. Lo Convent es sin duda el lugar predestinado para la difusión de la cultura y ahora también al arte demarcando continuos puntos de partida para nuevos viajes, con los que disfrutar y aprender.
    Miguel Navarro Centelles ha regresado finalmente a su pueblo y nos invita a viajar y a crear nuevos espacios de reflexión y diálogo en torno al arte, a la cultura, la naturaleza, el pasado, el presente y el futuro que queremos construir entre todas y todos juntos.


    Mercedes Bueno Aladrén